En las entrañas del agua de Lanjarón vendida en toda España | Ideal

2022-08-13 14:30:11 By : Ms. Susan Wong

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Una avería provoca una inundación en pleno Centro de Granada

El espíritu de Lanjarón. Más del 95 % de la plantilla de la planta embotelladora está compuesta por vecinos de la localidad granadina, a las puertas de la Alpujarra. / JAVIER MARTÍN

'Sol de Andalucía embotellado' fue en su día el mejor y más conocido lema publicitario de un producto andaluz. Lanjarón le ha tomado el relevo con su 'agua mineral pura de Sierra Nevada'. El proceso que lleva desde las entrañas de la montaña granadina a la boca del consumidor un agua de una calidad superior lo explica José García, director de la planta de Aguas Danone Manantial de Lanjarón. Este motrileño, licenciado en Químicas en la UGR y Máster en Prevención de Riesgos Laborales, ratifica el resultado: «Lo que más me gusta en 18 años de trabajo es que mandamos el agua sin tocarla. Llega bajo tierra a planta y sale igual de fresca».

Es la clave. El agua que se embotella en Lanjarón nace en las cumbres del Parque Nacional y Natural de Sierra Nevada. «Significa que es un espacio protegido sin construcciones o ganadería que hace que nuestra agua sea pura». Tan pura que Sierra Nevada ha sido declarada por la Unesco reserva de la Biosfera.

La característica diferenciadora con el resto de los manantiales de agua mineral de la Península es que en Lanjarón no hay pozos. «Pinchamos la montaña con incisiones horizontales de entre 150 y 200 metros con un poquito de inclinación en la tubería y pequeñas ranuras». De esta forma, buscan las corrientes de agua que se generan por la filtración de nieve y lluvia.

Ahora llega el siguiente paso. De forma natural, el agua llega hasta la caseta del manantial, donde están las bombas y se impulsa hasta el depósito nodriza. «Es una extracción de agua muy sostenible. No apretamos la bomba y sacamos del pozo si necesitamos más agua. Tenemos el agua que nos da la naturaleza».

En la planta hay unos depósitos de almacenamiento para que todas las líneas envasen a la vez. Hay seis líneas. La primera embotella en vidrio, con gas y sin gas, retornable y no retornable. Las cinco siguientes envasan el agua en plástico PET. De la más grande a las más chicas, tenemos en primer lugar la garrafa de 6,25 litros. Luego viene el formato de mesa con tres tipos de botellas, las de 2 litros, de 1,5 l. y de 1,25 para restaurante. El formato Sport ofrece de 1 litro, de 0,75 l. y para distribución de 0,50 l. y 0,33 l. Por último, el formato niños cuenta con dos botellas, 0,33 l. Kids y 0,33 l. Kinder. Este último formato es un orgullo para la planta de Lanjarón. «Busca que lo niños se hidraten con sus personajes favoritos y que puedan beber agua, que no sea algo aburrido». Buscan la salud.

Con tanto formato y tipos de botellas la producción del presente año, llega a los 260 millones de litros repartidos en 300 millones de botellas de todo tipo, donde la principal es la de litro y medio, que supone el 50 % de la producción total. Un dato destacable es el de la plantilla, donde el 95 % de la plantilla es del pueblo de Lanjarón. «Somos conscientes de que llevamos el nombre del pueblo en nuestra marca, y exige una responsabilidad», constata. El destino de tanta botella es el mercado nacional, donde llega prácticamente casi toda la producción.

Para envasar el agua una vez que ha llegado a la planta necesitan una botella. Parten de una preforma, que es una pieza de plástico que se mete en las máquinas sopladoras, donde se calienta con aire a presión estéril y con un molde sale la botella en cada uno de sus formato. Luego se voltean para librarlas de posibles impurezas.

Una vez la botella está hecha, por transporte neumático se va a la llenadora. «Para nosotros son quirófanos por las medidas de higiene y seguridad». Luego se taponan y van a la etiquetadora. Antes de enviarse al almacén para su distribución, pasan un último control. Es agua pura de Sierra Nevada.