Lanzar una cerveza en pleno boom artesanal era todo un desafío. La cuestión era diferenciarse del resto de las propuestas. Por eso decidieron alejarse del núcleo palermitano (aunque no tanto) y exhibir sus primeras pintas en una centenaria confitería. Del brewhouse pasaron a una fábrica industrial y ahora sus botellas y latas llegan a China. Rabieta está próxima a cumplir cinco años y detrás de su fundación se encuentra un verdadero dream team del mundo cervecero.

La historia de esta marca y el mundo de los caballos están íntimamente relacionadas y no se trata de una cuestión circunstancial o azarosa. En octubre de 2017 abrió su bar en la antigua confitería París en el hipódromo de Palermo. Ahí mismo elaboraban unos 12.000 litros por mes en barril para luego servir desde sus canillas.

El brewhouse de Rabieta en la exconfitería París en Palermo

Una vez que el negocio empezó a trotar, decidieron ir por más. Así fue que invirtieron u$s 8 millones para comprar un terreno, adquirir maquinaria y poner a punto una fábrica en Pilar. Enfrente de ella se encuentra la Asociación Argentina de Polo. ¿Casualidad? Para nada. "Buscamos establecer una relación entre la cría de caballos y la cocción de la cerveza. Sentimos que hay una conexión entre ambas actividades a raíz de la selección de la mejor materia prima" indicó Miguel de Achával, uno de los fundadores de la firma, en diálogo con El Cronista.

El ejecutivo se desempeñaba como gerente comercial y de marketing del hipódromo de Palermo. El resto del sexteto fundador conocían bien de cerca los avatares de la industria cervecera y de las bebidas alcohólicas. Por caso, Tomás Fellner y Rubén Diciero se habían desempeñado en Quilmes; Gustavo Schickendantz, había ocupado la silla de VP de Marketing e Innovación en Heineken; Sebastián Mackinnon, ex managing director en Diageo para la región; mientras que Guido Muhr había sido gerente de Planta en Cervecería Boliviana Nacional.

La relación entre latas y botellas es de 80/20.

En agosto de 2019 presentaron en sociedad sus botellas (710cc) y latas (450cc) y se expandieron del bar a las góndolas de los supermercados y autoservicios. Al principio las latas representaban un 50% del volumen de la empresa, sin embargo su protagonismo escaló al 70%. Hoy de cada 10 productos que salen de la planta, 8 son latas con una producción anual de más de 2 millones de unidades.

El 2019 también fue el año de ampliar su presencia gastronómica. Lanzaron su sistema de franquicias y abrieron la primera. La pandemia luego frenó el avance de este modelo, sin embargo, la segunda franquicia levantó la persiana en agosto del año pasado y abrieron otras dos más en 2022. Para fin de año esperan inaugurar su segundo local propio en Nordelta.

Para aprovechar la capacidad de su fábrica, Rabieta se convirtió en sede de otras etiquetas artesanales jóvenes e incluso una de renombre. Durante el aislamiento crearon otra marca para llegar a los supermercados: Pampa Brewing. A su vez, empezaron a envasar la producción de la salteña Siete Cholas y la mendocina Chachingo. En noviembre pasado se convirtieron en partners de Diageo para importar, fabricar y comercializar en el país las cervezas Guinness con una tirada inicial de 100.000 litros.

Pampa Brewing es otra marca de Rabieta que llega a los supermercados.

No obstante, hay lugar para planes fuera del mundo cervecero. Desde enero se encargan de envasar y gasificar la sidra premium Becider, creada por la nacional Pura Frutta.

Desde 2020 Rabieta no solo se encuentra en Argentina, sino que ya iniciaron la conquista del mercado chino . El primer contenedor con 150.000 latas llegó a Shanghái y Hong Kong. En mayo del 2021 anunciaron una ampliación del acuerdo para extender su presencia a los distritos de Henan y Cantón con un envase exclusivo de 355cc.