Con delegaciones en Sabadell (Barcelona) y México DF, la empresa española Auxiemba lleva más de medio siglo dedicada al diseño y fabricación de maquinaria para etiquetar y precintar botellas.

Auxiemba incorpora la tecnología de Rockwell Automation desde el año 1996.

La compañía cuenta con una amplia gama de etiquetadoras, que dan servicio tanto a la pequeña producción, con dos o tres mil botellas a la hora, hasta las más grandes necesidades, que pueden llegar a alcanzar las 60.000 botellas a la hora. “Todo ello”, apunta Francesc Soler, responsable del Departamento Técnico Comercial de la empresa, “en diferentes sistemas de etiquetado, como el autoadhesivo, el adhesivo termofusible o el adhesivo en frío, con la ventaja de que se pueden combinar entre sí”.

Gracias a la calidad de su maquinaria y a la tecnología punta utilizada para su desarrollo, Auxiemba vende sus soluciones a organizaciones multinacionales del sector alimentario de todo el mundo, con una presencia destacada en mercados como los de México, el norte de África, Suramérica, Estados Unidos, Canadá, Portugal o Francia, entre otros.

Precisamente, uno de los modelos que más demanda está teniendo entre sus clientes, puesto que reúne un alto grado de innovación con una gran capacidad de producción, es Etiroll. Se trata de una máquina rotativa para colocación de etiquetas envolventes de plástico a partir de una bobina con adhesivo termofusible en botellas tipo PET, que son las más utilizadas para contener bebidas gaseosas, refrescos y agua mineral. “Este modelo parte de una bobina donde están impresas todas las etiquetas, a partir de la cual se corta cada una, se le coloca el adhesivo y se fija sobre la superficie a una velocidad media de entre 25.000 o 30.000 botellas a la hora”, afirma Soler.

Esta máquina, además, aporta otra serie de ventajas como la incorporación de una mesa porta-envases con distintas opciones como puede ser una leva mecánica o servomotores para el etiquetado de envases cilíndricos y no cilíndricos; así como poleas de giro de platos de botellas con velocidad regulable a través de una correa motorizada con servomotor para el etiquetado de envases cilíndricos. Asimismo, el sistema de corte también se encuentra optimizado, pues se ha diseñado para evitar constantes manipulaciones, e incorpora detección de su temperatura mediante una sonda para compensar automáticamente la dilatación de los materiales, de forma que se evita así el desgaste prematuro de las cuchillas. Por otro lado, consigue ahorros tanto en las líneas de alta velocidad, al permitir trabajar con gramajes bajos de etiquetas; como en el adhesivo, puesto que hace un consumo reducido de él. Finalmente, gracias a su sistema de cambio de formato rápido, es posible modificar en poco tiempo los parámetros de la máquina para aceptar botellas de otros tamaños y diámetros.

El corazón de esta máquina es su sistema electrónico, que permite un control total de todos sus mecanismos y automatismos, y que está compuesto enteramente por componentes tecnológicos de última generación de Rockwell Automation. En primer lugar, incorpora un controlador CompactLogix 1769 de ocho ejes, que trabaja en coordinación con diversos servovariadores Kinetix 5500 instalados en la máquina para distintos usos: controlar el motor sinfin de entrada, los tiros de poleas que mueven los platos y gracias a los cuales giran controladamente las botellas, y los motores que traccionan tanto los rodillos de corte de las etiquetas, como el rodillo de transferencia y el de arrastre del papel. Por otra parte, también integra servovariadores Kinetix 6500, situados en dos desbobinadores con motores de media inercia y en el cilindro de transferencia de aspiración. A esto se une un Allen-Bradley Encoder master, que se sincroniza con todos los componentes anteriormente citados y controla el proceso completo.

La implementación de toda esta tecnología de Rockwell Automation es un trabajo que conocen muy bien los técnicos de Auxiemba, puesto que la llevan incorporando en sus máquinas desde el año 1996, porque les proporciona una gran cantidad de beneficios, según afirma Soler: “Se trata de equipos potentes que trabajan en un entorno amigable de programación, y tienen la ventaja de que aportan una gran facilidad de integración y una mínima instalación, pues prácticamente todo funciona a través de EtherNet. A ello se une que, con el servocontrol adecuado, es posible gestionar todos los parámetros de la máquina de forma cómoda y sencilla”, concluye Soler.

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